Si al señor futbol no le das nada, te borraste solo. Hay que amarlo, hay que vivirlo, hay que entregarle tu alma.
Mi paso por Tigres inició en la temporada 77-78, mi primer campeonato de liga. Dos años después, me alivié de mi segunda fractura de tobillo.
Cuando fui a la directiva a preguntar por mi contrato, simplemente no me dejaron seguirlo, nada de cobrar, o me vendían en una cantidad de $500,000 pesos, en ese entonces.
Recuerdo que un día después regresé a buscar a la directiva de Tigres, pero no había nadie en las oficinas, ni la barría. Nadie supo decirme si había un club interesado por mí, nadie supo decirme qué iba a pasar con mi futuro. Entonces tomé la decisión de vender mi casa, comprar mi carta de retiro, pagando $500,000 pesos, y tener mi pase en la mano.
Todo el mundo me dijo: “ahora sí no entendemos nada. Este chavo, ni sabe”, pero nadie, NADIE, me puede decir qué es amar el futbol, nadie me puede decir ni cómo vivirlo, ni cómo sentirlo, ni cómo disfrutarlo, ¡nadie puede hacerse dueño de mi!
Toda mi mente, todo mi pensamiento, toda mi fuerza, toda mi emoción, toda mi concentración, todos mis fervientes deseos, todo mi entrenamiento, el placer de dominar un partido, de ganar, de dominar al rival.
Mis noches más difíciles, mis sueños, cuando despierto, en mis silencios, en todos mis viajes, toda mi imaginación y mi sensibilidad es para el futbol.
Luka Modric tuvo delante un contrato en Arabia Saudita y ganar petrodólares, pero prefirió firmar renovación con el Real Madrid. En vez de ganar petrodólares, lo cambió todo por el amor del futbol.
Por un lado tuvo todo el dinero del mundo, por el otro perderlo todo.
Jugar al más alto nivel del mundo, en el máximo circuito de competencia es una superación constante a nivel físico y mental.
Pero ahora Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, Kanté, Bernardo Silva y Neves van a ganar todo, pero perderán la esencia de la competencia por la cual vivimos. Van a vender el alma del señor futbol, el que todo te da si tu le das todo. Si al señor futbol no le das nada, te borraste solo. Hay que amarlo, hay que vivirlo, hay que entregarle tu alma, mente y corazón. Si tu no le das todo, él te lo quita todo.
Te borraste y tendrás un montón de dinero y serás muy feliz. Tendrás un buque o un avión, pero no la satisfacción, el logro, el ánimo, el contento profundo por una buena actuación, el placer del dominio de la competencia.
Todo lo pierdes y lo perderás.
Te borraste solo. Borraste la alegría. Borraste al señor futbol
Esto es, Desde la Cancha, para ESPN.